Los niños mienten tanto como respiran. Lo hacen con naturalidad e inocencia. Los padres son los orientadores y responsables de evitar hijos mitómanos. El siquiatra infantil Álvaro Franco explica las tres clases de mentiras que existen. . Defina en qué categoría puede estar su hijo y cuál es el tratamiento a seguir.
Ligadas a la fantasía: suelen decir: “Yo no me comí el dulce, fue el angelito que bajó del cielo”. Este género no tiene ningún problema; por el contrario, se deben estimular. La mejor forma de hacerlo es leyéndoles cuentos y, más adelante, inscribiéndolos en un taller de escritura.
Compensatorias:“Mi papá me recogió ayer en su carro”, aún sabiendo que su padre no tiene automóvil. Se trata de la típica actitud de un menor que está equilibrando sus carencias con falacias. Sufre problemas emocionales y se siente excluido de la sociedad, en especial de sus amigos. Utiliza las mentiras para proyectar mejor su imagen.
Problemáticas : “No me dejaron tareas”Mienten para evitar un castigo. Además, involucran a terceros en su mentiras. “Yo no rompí el vaso, fue él”.
Es por esto que los padres deben ser los mejores observadores de sus hijos. Esas características de mentiras reflejan la inseguridad del menor, baja autoestima, depresión, ansiedad y agresivos del estado de ánimo.
En este momento sus pautas educativas deben verificarse, porque el niño puede estar mintiendo para evitar ser regañado. Christian Muñoz, siquiatra infantil, sugiere el diálogo y el buen ejemplo como armas de educación.
“Se debe dialogar con ellos, analizar la razón de la mentira, hablarles sobre la importancia de los valores, corregir la conducta y no condicionarlos, porque el castigo muchas veces los obliga a seguir mintiendo”.
Otra recomendación de Muñoz es que los padres no presionen a sus hijos y que no sean tan estrictos. “Es inecesario recalcar en los menores la importancia de ser un buen estudiante, hijo y ser humano, pero no se debe presionar con castigos ni agresiones físicas, porque el pequeño seguirá incurriendo en el engaño, con el fin de salvarse y protegerse”.
Lo mejor que puede hacer es explicarle que usted es un padre y un amigo incondicional y que no es necesario recurrir a la imaginación para salir de conflictos.
El mitómano
Es el que, a pesar de la confrontación, persiste en la mentira. Existen videos y fotos, y él se niega a aceptarlo.
Asume conductas desafiantes y de agresividad verbal y física.
Presenta inconvenientes en su desempeño social, familiar y escolar.
Utiliza la mentira para favorecerse y no le causa ningún tipo de remordimiento.
Hay niños que mienten porque no han tenido el respaldo de los padres. Cuando a esta condición se suma el exceso de autoridad, la mentira se puede condicionar y hacer que persista hasta la vida adulta.
La mitomanía trae consecuencias como robo, transgresión de las normas y trastornos de la conducta social.
Señala que aún no hay una única razón que la origine, pero sí se puede hablar de posibles causas:
1. Personas que sufren de un trastorno de personalidad hipertímica, es decir personas con un ánimo muy elevado, alegres, superficiales, frívolas, que carecen de perseverancia y responsabilidad.
2. La insatisfacción o necesidad imperiosa de aprobación, admiración y afecto.
3. Las conductas ambivalentes: familias que simulan una posición social que no tienen, matrimonios que fingen un vínculo inexistente o padres que sostienen en secreto una doble familia pueden estimular a la mitomanía en sus hijos.
4. La baja autoestima: los mitómanos son personas que no se aceptan como son.
5. También puede interferir la genética, en el sentido de que se puede heredar.
Fuente : Terapias manuales
Ligadas a la fantasía: suelen decir: “Yo no me comí el dulce, fue el angelito que bajó del cielo”. Este género no tiene ningún problema; por el contrario, se deben estimular. La mejor forma de hacerlo es leyéndoles cuentos y, más adelante, inscribiéndolos en un taller de escritura.
Compensatorias:“Mi papá me recogió ayer en su carro”, aún sabiendo que su padre no tiene automóvil. Se trata de la típica actitud de un menor que está equilibrando sus carencias con falacias. Sufre problemas emocionales y se siente excluido de la sociedad, en especial de sus amigos. Utiliza las mentiras para proyectar mejor su imagen.
Problemáticas : “No me dejaron tareas”Mienten para evitar un castigo. Además, involucran a terceros en su mentiras. “Yo no rompí el vaso, fue él”.
Es por esto que los padres deben ser los mejores observadores de sus hijos. Esas características de mentiras reflejan la inseguridad del menor, baja autoestima, depresión, ansiedad y agresivos del estado de ánimo.
En este momento sus pautas educativas deben verificarse, porque el niño puede estar mintiendo para evitar ser regañado. Christian Muñoz, siquiatra infantil, sugiere el diálogo y el buen ejemplo como armas de educación.
“Se debe dialogar con ellos, analizar la razón de la mentira, hablarles sobre la importancia de los valores, corregir la conducta y no condicionarlos, porque el castigo muchas veces los obliga a seguir mintiendo”.
Otra recomendación de Muñoz es que los padres no presionen a sus hijos y que no sean tan estrictos. “Es inecesario recalcar en los menores la importancia de ser un buen estudiante, hijo y ser humano, pero no se debe presionar con castigos ni agresiones físicas, porque el pequeño seguirá incurriendo en el engaño, con el fin de salvarse y protegerse”.
Lo mejor que puede hacer es explicarle que usted es un padre y un amigo incondicional y que no es necesario recurrir a la imaginación para salir de conflictos.
El mitómano
Es el que, a pesar de la confrontación, persiste en la mentira. Existen videos y fotos, y él se niega a aceptarlo.
Asume conductas desafiantes y de agresividad verbal y física.
Presenta inconvenientes en su desempeño social, familiar y escolar.
Utiliza la mentira para favorecerse y no le causa ningún tipo de remordimiento.
Hay niños que mienten porque no han tenido el respaldo de los padres. Cuando a esta condición se suma el exceso de autoridad, la mentira se puede condicionar y hacer que persista hasta la vida adulta.
La mitomanía trae consecuencias como robo, transgresión de las normas y trastornos de la conducta social.
Señala que aún no hay una única razón que la origine, pero sí se puede hablar de posibles causas:
1. Personas que sufren de un trastorno de personalidad hipertímica, es decir personas con un ánimo muy elevado, alegres, superficiales, frívolas, que carecen de perseverancia y responsabilidad.
2. La insatisfacción o necesidad imperiosa de aprobación, admiración y afecto.
3. Las conductas ambivalentes: familias que simulan una posición social que no tienen, matrimonios que fingen un vínculo inexistente o padres que sostienen en secreto una doble familia pueden estimular a la mitomanía en sus hijos.
4. La baja autoestima: los mitómanos son personas que no se aceptan como son.
5. También puede interferir la genética, en el sentido de que se puede heredar.
Fuente : Terapias manuales