Es una de las principales razones más frecuentes por la que los padres llevan a sus hijos al médico. Si bien existen diferentes tipos de infecciones del oído, la más común de ellas se denomina otitis media, que consiste en la inflamación e infección del oído medio, el cual se encuentra localizado justo detrás del tímpano.
El término "agudo" hace referencia a un episodio corto y doloroso. Una infección en el oído que dure mucho tiempo o que aparezca y desaparezca se denomina otitis media crónica.
Por lo general estas infecciones duran entre una y dos semanas, en caso de que duren más, se trata de infecciones crónicas. esto sucede cuando después de la infección permanece líquido en el oído medio. Las infecciones de oído pueden detectarse cuando se presenta un fuerte dolor de oído conjuntamente con fiebre. En caso de que el niño no lo exprese por ser demasiado chico, puede manifestarlo en pocas ganas de alimentarse, de dormir, así como por tocarse con frecuencia su oreja.
Causas, sucesos y elementos de riesgo
Los motivos que causan una infección de oído pueden ser diversos. Uno de los más habituales es la acumulación de cerumen en las paredes del oído. Esto lo que hace es crear tapones que a la larga acaban por molestar y derivar en dolores. Otra causa es la infección por hongos o bacterias, ruidos muy fuertes, cambios de presión, perforación de tímpano, algunos elementos o sustancias químicas que afectan de forma negativa a nuestros oídos…
Todas las causas descritas anteriormente pueden acabar por desencadenar una infección de oído, por ello es importante que nosotros nos adelantemos y sepamos poner el remedio antes de que nos suceda esto. Por ello es fundamental adoptar una serie de medidas y más en los meses de verano en los que los abusos suelen ser mayores.
Antes de nada es primordial mantener una buena higiene en los oídos. Es importante mantenerlos limpios y secos para evitar la proliferación de hongos y bacterias. Pero a la hora de realizar estas limpiezas debemos evitar el uso de objetos que se introducen dentro del oído y pueden llegar a dañar el tímpano. Por esto debemos evitar utilizar bastoncillos o cualquier objeto que puede dañar las paredes que conforman el orificio auditivo.
Las infecciones del oído son frecuentes en los bebés y en los niños, en parte porque sus trompas de Eustaquio se obstruyen fácilmente. Cada oído posee una trompa de Eustaquio que va desde el oído medio hasta la parte posterior de la garganta y su propósito radica en drenar líquido y bacterias que están presentes de manera normal en el oído medio. A pesar de esto, si la trompa de Eustaquio se estanca, se puede presentar una acumulación de líquido e infectarse.
Cualquier factor que provoque la inflamación o irritación de las trompas de Eustaquio y de las vías respiratorias superiores o que ocasione la sobreproducción de líquido puede conllevar la obstrucción de las trompas.
Algunos de estos factores son:
Resfriados e infecciones de los senos paranasales
Alergias
Humo del tabaco u otros irritantes
Infección o agrandamiento de las adenoides
Sobreproducción de moco y de saliva mientras la dentición
Otro de los factores que podría incrementar las posibilidades de que se presenten infecciones en el oído es cuando un niño pasa mucho tiempo acostado de espalda bebiendo algo, como un vaso o botella para tomar sorbitos. Contrario a la opinión popular, el hecho de que entre agua en los oídos no provoca una infección aguda de los mismos, a menos que el tímpano se encuentre perforado a causa de un episodio previo.
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