jueves, 12 de enero de 2012

A mi hijo le duelen las piernas en la noche

¿Tu hijo está dando el estirón? Entonces es posible que tenga los típicos dolores de crecimiento. Aunque no son síntomas de ninguna enfermedad, sí resultan bastante molestos. Descubre cómo reconocerlos y aliviarlos.

Los dolores del crecimiento son bastante frecuentes entre los niños de 4 a 8 años –afectan a más del 30% de este grupo de edad- y se localizan en sus miembros inferiores, sobre todo en los muslos y pantorrillas. A pesar de que son benignos, de que no son un síntoma de ninguna enfermedad y de que desaparecen de forma espontánea cuando el pequeño cumple 8 o 9 años, crean bastante ansiedad en los padres, que no saben qué le ocurre a su hijo.

 El dolor de crecimiento es común durante las edades de 4 años en adelante. Aunque tu hijo se queje del dolor de piernas puede ser que también le duelan otras partes del cuerpo. A los niños les fascina brincar, saltar, correr y hacer muchas otras actividades físicas fuertes, éste esfuerzo físico también causa que las piernas le duelan más. Estos dolores en su cuerpo irán disminuyendo durante su crecimiento hasta desaparecer en la adolescencia



Cómo reconocerlos

*Se cree que al crecer, los huesos provocan tensión en los músculos y en los tendones. Su aparición, muy intermitente, suele coincidir con los picos en el desarrollo físico de los niños o, lo que es lo mismo, con los famosos “estirones”.

*Los dolores de crecimiento presentan algunas características que pueden ayudarte a reconocerlos:

*Son intermitentes, pueden aparecer una noche y desaparecer después durante varias semanas o, incluso, meses.

*El dolor no se localiza en un punto concreto, aunque se da siempre en los miembros inferiores. Es más bien difuso y cambiante, por ejemplo, un día afecta a la pantorrilla derecha y al siguiente, al muslo izquierdo.

*Surgen por la noche o a última hora de la tarde, nunca por la mañana.

*No se acompañan de otros síntomas –como enrojecimiento o inflamación de la zona dolorida- y tampoco obligan al niño a cojear ni le impiden mover las extremidades libremente.

*En general, responden bien al tratamiento y se logra un gran alivio pasados unos 10 o 15 minutos.

*Los dolores de crecimiento mejoran con la aplicación de calor local en la zona afectada y los masajes. También el pediatra puede considerar necesaria la administración de analgésicos o antiinflamatorios.

*La duración del dolor puede variar entre los 30 minutos a una hora. Frecuentemente el dolor se agudiza al momento de acostarse o en la mañana, ya que el cuerpo está descansado y los músculos comienzan a relajarse. El dolor no causa fiebre, escalofríos, enrojecimiento, hinchazón o cojera. Por tal razón, si tu niño presenta algunos de los siguientes síntomas debes consultar con su médico para una evaluación:

Dolor intenso en un área específica que no le permite dormir. El médico podría recomendarle exámenes de laboratorio o una radiografía para descartar la posibilidad de infección o tumor.
No poder sostener el peso de su cuerpo con sus piernas o está cojeando. Si el área está roja e hinchada, puede ser alguna fractura o infección.
Dolor en el área de las coyunturas e hinchazón. Podría estar padeciendo artritis reumatoide juvenil.
Dolor alrededor o en la área de las caderas, las rodillas y si éste le impide caminar o estar de pie por mucho tiempo. El médico podría recomendarle unas radiografías para descartar la posibilidad de "Legg-Calve-Perthes", condición que afecta la coyuntura de la cadera.

Ejercicio, ¿bueno o malo?

Hay un tipo de ejercicio que puede mejorar o prevenir la aparición de las molestias. Son los estiramientos musculares, que los padres pueden realizar a sus hijos antes de acostarlos y tras la práctica de deporte. Debes hacerlo mientras está tumbado, flexionando y estirando sus rodillas y tobillos. 

¿Qué puedes hacer para aliviar los dolores?
Dale acetaminofén o ibuprofen, verificando la dosis adecuada de acuerdo a su edad.
Aplícale unas compresas de calor en el área con dolor durante 10 minutos.

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