Tal y como sugirió por primera vez Kernberg (1967), en las personalidades fronterizas se observan reiteradamente tendencias agresivas y autoagresivas de extraordinaria intensidad vinculadas con tempranas imágenes de sí mismo y de los demás.
Más allá del origen de esta agresividad, ya sea por causas genéticas o ambientales debidas a graves frustraciones tempranas, se descubre que da lugar a una ira y un odio que causan una atención especial, además de los problemas añadidos, como la tendencia a la escisión y a las conductas autodestructivas.
Otro sentimiento que aparece en estos trastornos es la envidia, envidia hacia los demás significativos, que conlleva un elemento destructivo del otro y de todo lo bueno que pudiera surgir en la relación con el otro. Existe una identificación con la persona originalmente odiada y necesitada que no es más que su propio odio y agresividad reflejado en el otro. La expresión de la agresividad surge porque necesitan del otro. La frase completada sería, “Te odio porque te necesito”, “ Te envidio porque te valoro”. Y la envidia impide que el sujeto se nutra del otro, aprenda del otro y por supuesto no puede disfrutar del otro.
Luego la pregunta más funcional que nos hacemos es ¿De qué se protegen?. Se protegen de una relación de cariño donde el otro pasaría a ser indispensable y tendría que destruirlo. Por eso lanzan mensajes de odio y rechazo, porque huyen del miedo a ser queridos. La agresividad que sostiene en el odio puede ser protectora frente al afecto o frente a la presencia del afecto que señala la ausencia. No pueden sentir que el otro es necesario para ellos porque sólo están llenos de necesidad, por eso cuando muestran el odio desde una postura en la que se creen Dios, debemos entender que es su modo de pedir que les quieran(Herranz,T. 1994). Se protegen de su propia destrucción, de ahí todos los miedos paranoides hacia el otro y hacia toda posibilidad de establecer un vínculo emocional.
Otra de las cuestiones que te planteas es el porqué mantener un vínculo con otro al que odias, ¿Qué sentido puede tener esto?. La organización de las formas de relación no sólo de establecen a través del amor sino que también los estados afectivos como la ira, el odio, en último término la agresividad, también son formas de organización. No han tenido figuras “suficientemente buenas” en las que apoyarse, no han internalizado una imagen buena del otro, no han tenido experiencias y sentimientos suficientemente buenos. La única forma de relacionarse y organizarse que han aprendido ha sido a través del odio, odio que expresa la carencia afectiva de la que han sido objeto y la parálisis en el desarrollo que han sufrido a causa de ello.
RELACIONES PRIMARIAS
Kernberg sostiene que el apego intenso a la madre frustradora es el origen último de la transformación de la ira en odio La destrucción de ese objeto malo pretende restaurar mágicamente al objeto idealizado, bueno, pero el proceso conduce a la destrucción de la capacidad del sí-mismo de relacionarse con el otro.
En nuestra experiencia clínica, la función materna en los borderline siempre ha estado cargada de un componente confusional, el doble mensaje ha encubierto el rechazo. En otras, ha disimulado las descargas intermitentes de envidia, rivalidad y destructividad de la madre. Pero ese patrón que mostraría una relación de dos, hemos visto que en otros pacientes se distribuyen la confusión entre los diferentes miembros de la familia, y nos hemos encontrado una madre ambivalente, y negligente, pero la carga persecutoria la ha recibido del padre. Por lo que la trama mantiene los elementos confusionales, pero atrapa la vida del sujeto en sus relaciones de forma global.
AGRESIVIDAD Y SEXUALIDAD
Las relaciones sexuales se viven como aterradoras, peligrosas y destructivas, con falta de capacidad y con sentimientos prohibitivos contra el sexo en la que se ponen de manifiesto tendencias masoquistas graves.
Las idealizaciones que se establecen con la persona a la que aman son también exageradas y están marcadas por funciones defensivas contra la rabia, son idealizaciones frágiles y exageradas junto con etapas de fácil desvalorización. El rol central en la excitación erótica lo adquiere la agresividad. Transforman las relaciones dependientes en agresivamente destructivas. El intento por integrar la agresión en la excitación sexual como parte del reclutamiento al servicio del amor, tiene su principio en el punto del espectro que ocupa el paciente límite común. La escisión de sí mismo y de los demás de forma alternante, dentro del caos, le protege de la invasión y el control totales por la agresividad intolerable.
A modo de pequeña ilustración clínica, sirva la anécdota de una paciente que cuando sentía placer en sus relaciones íntimas, agredía con rabia y sadismo al otro, según nos decía porque no era posible aceptar que el otro tuviera el poder de producirle placer.
COMO LUCHAN CONTRA SÍ MISMOS: DEFENSAS DE LA PATOLOGÍA BORDERLINE
COMO LUCHAN CONTRA SÍ MISMOS: DEFENSAS DE LA PATOLOGÍA BORDERLINE
Las personas con patología borderline utilizan principalmente defensas de escisión y de bajo nivel como la idealización primitiva y la identificación proyectiva fundamentalmente, también la negación, la omnipotencia y la devaluación.
La escisión actúa de tal manera que concibes el mundo en base a dos polos opuestos extremos, desde fantasías omnipotentes hasta la ruina y catástrofe. Esta oscilación se da de forma muy rápida, tienen giros repentinos y completos de todos los sentimientos y conceptuaciones sobre una persona en particular. Por eso la oscilación tan extrema entre aspectos contradictorios de sí mismo.
Bajo los sentimientos de inseguridad, autocrítica e inferioridad, se observa muchas veces tendencias omnipotentes y grandiosas que suelen expresarse como un firme convencimiento inconsciente de que tienen derecho a ser tratados de una forma especial. Son maniobras defensivas contra los sentimientos de necesidad y temor hacia los demás.
La superficialidad de los vínculos emocionales tienen fines defensivos. Por un lado refleja la incapacidad de unir el amor con la agresividad y por otro el concomitante carácter estrecho, rígido y primitivo de sus disposiciones afectivas. También está directamente relacionado con su incapacidad para sentir culpa y preocupación y la imposibilidad de interesarse por otros.
El esfuerzo con fines defensivos que realizan para alejarse de todo compromiso afectivo demasiado hondo lo realizan por no provocar la actuación del temor a ser atacados por el otro con el fin de evitar temores paranoides vinculados con la proyección de imagen agresivas de sí mismo y de los otros.
El esfuerzo con fines defensivos que realizan para alejarse de todo compromiso afectivo demasiado hondo lo realizan por no provocar la actuación del temor a ser atacados por el otro con el fin de evitar temores paranoides vinculados con la proyección de imagen agresivas de sí mismo y de los otros.
Las imágenes de si mismo y la de los otros de origen agresivo y las imágenes de si-mismo y de los demás totalmente buenas y defensivamente idealizadas son tan intensas en este tipo de pacientes que su integración se hace imposible. Conciliar imágenes de sí mismo y de los otros, unas cargadas de amor y otras de odio, desencadenaría un monto intolerable de ansiedad y culpa, debido al peligro que ello encerraría para las relaciones con los objetos buenos internos y externos; se produce por lo tanto una activa separación de carácter defensivo entre las imágenes contradictorias de sí mismo y de los objetos; en otras palabras, la disociación o escisión primitiva se convierte en la principal operación de defensa.
Los pacientes fronterizos tienen fuertes tendencias a la proyección. Colocan la agresividad y todas las cualidades negativas que uno piensa y siente de sí mismo, en el otro, y la otra persona, que es importante para él y a la que inconscientemente no quiere perder, siente la necesidad de controlarlo, ya que ahora les teme debido a lo que proyecta en el otro y así impedir que le hagan daño. Es decir, lo que me hace daño lo coloco en el otro, mantengo una relación cercana y lo controlo porque lo temo. Por lo que un borderline es una contradicción; quiere y no quiere al mismo tiempo. El sólo provoca el amor y el odio. Están atrapados en dobles vínculos.
Están llenos de mensajes contradictorios, el cariño está encubierto de rabia, sienten hostilidad. La forma de pedir cariño es agrediendo, “te odio pero quiéreme” “Te odio, por favor, no me abandones”. De nuevo, la frase correctamente construida sería “ Yo te odio porque te amo” (ya que no se puede odiar a alguien que no es importante para uno); “ Por favor, no me abandones porque te necesito” (Sólo se necesita a alguien que es importante).
Fuente : Psicodrama
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