domingo, 11 de enero de 2009

Miedo por separación en los niños


El miedo por separación es aquel que sufren los niños cuando son separados, alejados de sus padres, familiares o personas ligadas afectivamente. Es uno de los temores más consolidados de la especie humana por su valor de supervivencia, ya que la soledad convierte a los niños en presas fáciles, con alto riego de perecer o sufrir algún percance. Prácticamente todos los niños sufren este tipo de ansiedad, es un fenómeno universal que también ha sido observado en otras especies.

Durante la infancia se presentan diferentes situaciones en las que se produce la separación involuntaria:

Escolarización
Trabajo de los padres
Hospitalización
Divorcio o separación
Muerte de los progenitores


La actitud de los padres es fundamental para la evolución del miedo a la separación. Aquellos que muestran ansiedad ante la separación de sus hijos acaban por contagiarles.

Los factores que influirán en el incremento de este tipo de ansiedad, tanto en su duración, intensidad como frecuencia son :


La edad del niño. Cuanta menos edad mayor ansiedad.
La calidad del vínculo entre la madre y el niño.
La naturaleza de la situación. Si la situación es impredecible e incontrolable y comporta cambios bruscos en el funcionamiento cotidiano del niño.
Las experiencias previas de separación.


Sobre los 6 meses comienza la ansiedad por separación manifestada por los bebés con llantos y gritos cuando los padres se alejan, con objeto de llamar su atención. En esta etapa, estas reacciones suelen ser menos específicas y diferenciadas a las figuras paternas produciéndose reacciones similares ante otras personas cuando se siente abandonado y solo. Cuando llegan a los dos años de edad el hecho de poder andar les permite expresar mejor su temor corriendo al lado de su madre en cuanto ésta se aleja. En este momento, el desarrollo cognitivo es mayor, permitiéndole ser su comportamiento más especifico y diferenciado estableciendo una relación estable con las figuras que lo cuidan y protegen.

El tipo de crianza determinara el inicio y duración de este tipo de ansiedad. En culturas en las que la relación madre-hijo es estrecha se manifestará antes y desaparecerá más tarde que en culturas con otras pautas de crianza.

Cuando la separación se prolonga por mucho tiempo se ha identificado tres fases por las que los niños suelen atravesar:

1 ª Fase de protesta, en la que el niño grita, llora y patalea buscando activamente a sus padres.

2ª Fase de desesperanza, el niño se muestra triste y retraído como habiendo perdido la esperanza de reencontrarse con la madre.

3ª Fase de desinterés o desapego, el niño parece haber olvidado a sus padres

Fuente :
Cyberpadres

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