jueves, 3 de julio de 2008

Cuento para un hijo gay

Hace mucho, mucho tiempo, en el país de los hielos nació un hermoso y delicado témpano. Su madre y su padre estuvieron felices con el nuevo miembro de la familia. Bebé témpano aprendió a flotar sobre las aguas muy pronto. Por una extraña razón su forma de flotar y tratar con las aves, focas y osos polares era diferente al resto. Él siempre estuvo consciente de esa diferencia. Y más que quedarse allí para flotar entre los hielos eternos, siempre anheló irse junto al sol a tierra firme. Cuando cumplió la mayoría de edad de los témpanos, habló con su madre y su padre para que le dejasen partir al lugar donde siempre soñó estar. Mamá témpano lloró mucho, no le gustó para nada la idea. Papá témpano gritó y blasfemó. Argumentó que su origen era el agua, agua congelada; que su vida sólo la podía vivir siendo un gran trozo de hielo cuyo fin era albergar los nidos de las aves y los animales, que el gran creador de los hielos le castigaría por negarse a ser un témpano en el país de los témpanos.
Nuestro amigo se puso muy triste, pero no le quedó otro camino para ser feliz que seguir a su corazón. Así una noche emprendió el viaje hacia la tierra que entibiaba el sol. Fue un largo camino.
Una noche sus fuerzas se agotaron y quedó tendido en medio de un valle rodeado de árboles. Al amanecer comenzó a sentir el calor del sol. Poco a poco su cuerpo se fue disolviendo en una tibieza que se convirtió en el lago más hermoso de la zona. La noticia se difundió por todos los lugares. Y desde todos los rincones llegaron aves y animales a contemplarse en la aguas cristalinas del nuevo lago.
Una mañana llegaron al valle dos témpanos. Eran mamá y papá témpanos, quienes asustados por la noticia que había llegado a sus oídos, venían a ver en qué se había convertido su hijo. Grande fue la sorpresa cuando vieron que en ese valle rodeado de árboles,muchas aves y animales vivían en torno a un hermoso lago que se parecía mucho a quien había sido su bebé. Desde las profundidades escucharon una voz que les decía: "Soy yo, vuestro hijo. Aquí estoy. El creador no me castigó. Al contrario, ha dejado a mi cuidado varias de sus criaturas. Soy feliz y doy mucha felicidad a aves y animales igual que ustedes allá en el país de los hielos."
Mamá témpano exclamo:
-¡¡¡¿En qué te has convertido, hijo mío?!!!
-En un lago.
-Pero ¿que es esto de ser un lago? -replicó el papá-
-Papá, UN LAGO NO ES OTRA COSA QUE UNA FORMA DIFERENTE DE SER TÉMPANO, MÁS SUAVE, MÁS CÁLIDO, PERO AGUA AL FIN.

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