viernes, 22 de agosto de 2008

¿Cuando decimos que un niño es "bien educado"?

Muchas veces encontramos niños en nuestro alrededor que por sus malos o buenos modales y por la forma como interactúan con los adultos, impactan por su mala o buena educación. ¿Pero cuándo es un niño bien educado? Aunque la buena o mala educación depende en gran parte de los parámetros culturales de una comunidad, hay ciertos comportamientos típicos que definen si un niño es educado o si por el contrario es malcriado e ignora a las mínimas reglas de cortesía.

Un niño educado será un adulto respetuoso, tolerante y preparado para convivir con los demás. Es erróneo pensar que la educación es la preparación académica e intelectual de una persona. Más allá de esto, es la forma acertada de comportarnos en sociedad y de interactuar con personas de todas las edades, razas y estratos sociales. Por ello la buena educación no tiene nada que ver con la posición social o el nivel económico.

Las personas educadas no esperan nada a cambio, pues les nace desde su interior el ser amables; adoptan los buenos modales como algo suyo y los interiorizan actuando naturalmente. Una persona educada no lo es por sus modales refinados, o por saber qué cubierto utilizar en una mesa. Una persona educada debe serlo en todo momento y con todo el mundo. Con los empleados, con sus vecinos, con sus amigos.

¿Cómo fomentar la buena educación?
El primer paso es dar buen ejemplo en casa. Los niños antes de la edad escolar aprenden lo que ven de sus padres y de las personas que están a su alrededor. Si la persona que cuida a su hijo pequeño no es bien educada, preste mucha atención pues el pequeño comenzará a copiar comportamientos y actitudes de la persona con quien pasa tanto tiempo.

Cuando los niños empiezan a decir sus primeras palabras, hay que enseñarles el por favor y el gracias. Luego, cuando comienzan a tener una buena coordinación de movimientos es hora de enseñarles a utilizar los cubiertos de forma correcta, a beber del vaso, a utilizar la servilleta... Es también hora de enseñarle a respetar la propiedad ajena y a no arrebatar juguetes de sus amigos o hermanos.

A los 3 o 4 años empieza una nueva etapa en su vida: la vida social. Si ha sido exitoso en la educación de los primeros años, verá los resultados pues podrá llevarlo de compras, de visita a otra casa y el niño pondrá en práctica todas las enseñanzas recibidas.

Al observar el comportamiento en sociedad de sus hijos, debe reforzar los detalles que determinan la buena educación. No deje que sus hijos sean acreedores de la frase: “¡que niño tan maleducado!”. Estos son algunos de los comportamientos que se deben corregir si observa que son omitidos por los pequeños:

Siempre responde a un saludo o a una despedida mirando a los ojos a su interlocutor.
Cuando se le ofrece algo, responde con una sonrisa: Sí por favor o No gracias.
Come discretamente utilizando apropiadamente los cubiertos y la servilleta y sin hacer escándalo cuando la comida no es de su agrado. Da las gracias al acabar de comer y se disculpa si abandona la mesa antes del resto de los comensales.
Al final de una visita se despide cordialmente de la dueña de casa y da las gracias.
No dice groserías ni frases de mal gusto.
Sabe compartir y respeta el gusto de los demás niños.
Al tropezarse con otra persona sabe pedir excusas. No empuja y respeta las filas.
Cuando anda por la calle o utiliza el transporte público no hace cosas tales como: dar patadas a las papeleras o a las señales, pintar en las paredes, escupir en el suelo, subir los pies a los bancos.
Respeta las señales cívicas y actúa como un buen ciudadano.

Fuente : La Familia


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